viernes, 21 de marzo de 2014

15 SITUACIONES NOVENTERAS QUE NO SE OLVIDAN

 

1. Sacudir el borrador.

En aquellos tiempos en que las pizarras en su mayoría eran de tiza, llegaba el momento en que el borrador estaba tan lleno de polvillo blanco que había que ir a sacudirlo. Y era la oportunidad para los más capeadores de ir a sacar la vuelta al patio con el pretexto de ayudar a la profesora. Era el único momento en que los más desordenados del curso se peleaban para ser escogidos y llegaban a darles calambres en el brazo por la poca costumbre de levantar la mano.

2. El carrete con Chis pop.

Fuera el carrete que fuera, perno, popular, de tarde, de noche, de grandes, de chicos, no podía faltar el chis pop, aquellas hermosas pelotitas de suflé de colores y distintos sabores (aunque luego de comer cientos ya no se sentía ni una diferencia). A esto lo acompañaban a veces los Chester (antes de ser Cheetos), la papas fritas Barcel y la torta piña crema.







3. Batalla por las láminas.

Pasión de chicos y grandes con alma de niños, las batallas por ganar láminas eran pan de cada día en los recreos y horas libres. Y para ganar la lámina todo valía desde la excesiva curvatura de la palma de la mano para agarrar piolamente las láminas y darlas vuelta, hasta el escupo-pollo-pegajoso que ayudaría a que la lámina se pegara y se volteara. Aunque eso conllevaba el riesgo de ser acusado por los más agujas y no ganar la lámina en disputa.

 

4. El juego de la botella.

Desde tiempos inmemoriales, cuando en las fiestas no se daba el destape reggaetonero y todo era más difícil si uno quería agarrarse a alguien, el simpático juego de la botella era la excusa perfecta para besar al chico o chica que te quitaba el sueño (y a veces todavía lo es, pero con versiones y penitencias evolucionadas). Aunque como a este juego lo gobernaba el azar, en general no sucedía ese anhelado momento en que besabas a tu amor, si no todo lo contrario y te tocaba tirar con quien te caía más mal y que más encima se aprovechaba del pánico y te plantaba un calugazo de esos que por más que no quieras recordarlo, aparece siempre en tus pesadillas.

5. Intercambio de esquelas.

Aquellas lindas hojitas con monitos y diseños que se intercambiaban y coleccionaban en carpetas, cuadernos, cajitas, etc. Una práctica muy común entre las infantes, púberes y tempranas adolescentes, las cuales entre cada clase y recreo se dedicaban a hacer transacciones y trueques para acrecentar las colecciones del popular artículo. Pero siempre había una chica (maldita pécora) que tenía más esquelas que todas, y no sólo eso, sino que tenía las más bonitas y exclusivas, y la pesada no las intercambiaba, sólo las mostraba. Qué rabia!! 

6.La micro que no para por ser escolar.

En los tiempos de micros amarillas, cuando le pagaban a los choferes por pasajero, estos al ver a escolares, ya sea solos o de a muchos, apretaban el acelerador y se pasaban el paradero, esto porque el pasaje de los colegiales no les significaba gran ganancia y mejor llenar las micros con pasajes adultos. Era común estar largos ratos intentando que una micro te parara o rogando que apareciera una manada de adultos y poder subirte cuando les parara a ellos. Esto provacaba la mayor cantidad de atrasos a los colegios, y cuando el atraso no tenía esa causa, servía como excusa igual.


7. La teleserie de las 8.

Momento emblemático e irrenunciable para muchas familias en el cual todos se sentaban a la mesa a comer el pan con mortadela o mantequilla o mermelada y el tecito disfrutando de la guerra de las teleseries, cuando las teleseries eran buenas y la guerra era significativa para alguien más que los bolsillos de los gerentes de canales. Pero a veces sucedía que ibas a la casa de tus amigos o primos y veían el canal contrario al de tu familia, y te sentías traicionando tus principios al ver la teleserie de la competencia y la mirabas de reojo, pero era peor aún cuando la teleserie te llegaba a gustar!! Y luego en tu casa la ponías a escondidas para no deshonrar a tu mamá. Jojo.

8. El vino en caja después del colegio.

Esta es una práctica que no tiene tiempo ni era, sigue siendo la reina de las actividades extraprogramáticas escolares, pero en esa época tenía su qué se yo, ya que los negocios no le daban color por venderte la caja a pesar que andabas con tu uniforme y mochila, y en un tiempo de menos liberalidad y permisos familiares, era lo máximo irse a tomar a la plaza, era de los bacanes. Y era más grosso aún si alguien llegaba a conseguir algo de María Juana, eso si que era un evento memorable, aunque de dudosa calidad, pero en aquellos tiempos, era lo que había no más.


9. Las revistas porno.

Qué internet! Qué RedTube! El Quirquincho, El pingüino y la Playboy del afortunado cuyo padre o hermano mayor podía comprarla, eran la forma de acceder a las fantasías eróticas y sexuales con mujeres exhuberantes. Se escondían en la caja de zapatos bajo la cama, bajo el colchón, entre la ropa, entre los cuadernos, pero siempre eran descubiertas por la visión de rayos X de nuestras madres, pero también siempre podías volver a conseguir una para llevarte al baño o verla bajo las sábanas, tratando de no despertar a los hermanos que dormían contigo, aunque en el momento cúlmine, inexplicablemente, siempre despertaban.



10. El papel craft arrugado en la micro.

Las disertaciones antes de los powerpoint y las transparencias de finales de los 90, se hacían a puro papel craft y cartulinas, las cuales uno se esmeraba arreglando el día anterior hasta tarde, con figuras del Icarito y lápices scripto sin tinta, y que luego eran arrugados y maltratados sin piedad por la gente en el transporte público y había que estirarlos como se pudiera llegando a la sala, pero ya no eran los mismos y el profesor más encima te retaba y te bajaba décimas por presentación. Qué latero!


11. El cantor de micro sin amplificación.

Antes de existir los amplificadores móviles y transportables, los cantantes de micro cantaban a grito pelado (aunque hoy todavía quedan quienes no ceden ante la amplificación). Y quienes no poseían grandes voces se hacían cagar la garganta tratando de hacerse escuchar, y mala cosa era si aquel cantante se ponía al lado tuyo a hacer su show, aunque si subías al máximo el volumen del personal stereo, podías no escucharlo. A diferencia de hoy que con los mini amplificadores ni el volumen megafuerte de los audífonos surround, stereo, HD, super aislados, de colores, DJ, Guachupé, pueden aislarte de escuchar a quien no ha sido dotado de una hermosa voz.


12.La Chica Techno.

A finales de los 90, el techno se tomó las radios, discos, personal stereo, etc., con grupos como 666 y VengaBoys, y unos pasos extraños y movidos, entre ellos el del cubo o la pelota, y mover los brazos y los pies de un lado a otro y cruzándolos, y pasarlos por abajo y hacer figuras extrañas y todo con cara de techno y moños raros y maquillaje fluorescente. Fue tanto el boom que en el Extra Jóvenes estaba el concurso de la Chica Techno y en la teleserie La Fiera había hasta un personaje, la Dj Katia, con Tamarita Acosta cuando todavía hacía de adolescente y no de mamá.


13. El tesoro Copec.

Qué recuerdos, qué nostalgia! Era una de las sensaciones más maravillosas llegar a juntar las monedas del tesoro necesarias para cobrar tu premio en las bencineras. Aunque necesitabas que alguien de tu familia tuviera auto para poder acceder a las moneditas, y si no era así, tenías que contentarte con la moneda que algún tío o tía o amigo te regalaba, y no poder aspirar a ningún puto premio.


14. Ir a jugar (flirtear) a los videos.

En el barrio, en la playa, en el centro de la ciudad rural, siempre había por lo menos un negocio de videos, donde la juventud de la época se encontraba tardes enteras a jugar a las peleas, los flipper o a darse vuelta el juego con etapas. Además podías aprovechar de flirtear con tu pinche y lucirte derrotando a todos o caer en el desprecio al ser vencido y quedarte sin más fichas para jugar.


15. El carteo.

Entre liceos de hombres y mujeres antes del chat y el internet, y el msn, y el facebook y la cuestión que sea, las cartas eran la manera de comunicarse entre ambos sexos. Por lo que el Carteo era la opción para conocer chicos o chicas y funcionaba de la siguiente manera: alguien con un contacto en otro liceo se ofrecía a organizar el intercambio de cartas, en general era alguien popular o que aspiraba a serlo luego de ser la organizadora del mejor carteo del año. Luego uno de los dos cursos hacía una lista con nombres que se pasaba al otro curso y cada persona escogía su destinatario. Se escribía la primera carta y los organizadores hacían la transacción. Y partía el intercambio de misivas de papel de cuaderno que no duraba más de unas semanas, a excepción de ciertos casos en que las chicas y chicos llegaban a conocerse y más excepcionales todavía aquellos que mantenían esa relación. Ya que también existían los fiascos, un chico que se decía el chico de tu vida y luego lo conocías, y plop! Exijo una explicación! Y partiste a intentar con otro carteo.



4 comentarios:

  1. Muy bueno, en mi colegio la batalla del borrador post recreo y antes de que llegara el profesor era ya una tradición, los vestones y faldas terminaban con la marca del ya extinto elemento, la sala llena de polvo de tiza y un salón entero tosiendo color blanco. Las laminas siguen vigentes, más que antes según veo y no solo entre hombres sino que ahora las mujeres desafían a los hombres, la más beneficiada es la señora del puesto de dulces de afuera del colegio que se avispó y extendió su comercio al cartón hoy de Monster Hight, Spiderman, Violetta, Ben 10 y futbol principalmente. Es verdad lo de las micros, quien iba a pensar que ahora el cacho sería por igual entre adultos y escolares, quienes con un "permiso" evaden el pasaje con el riesgo de que un inspector suba, ya no con la perforadora para el boleto, sino con un validador de tu rarjeta bip y si da negativo te arriesgas a multa y sí, la teleserie de las 8 era un clásico, hoy si no la ves, al otro día vez el eterno resumen o está internet.

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    1. Sii, es muy cierto lo que dices y que bueno que te haya gustado!! Subimos otro ranking hoy ;)

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    2. En facebook y twitter también publicamos varios detallitos noventeros entretenidos, @elcarteo y en face: facebook.com/el.carteo, saludos!!!

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  2. recuerdo que también había unos chis pop de queso (ahora sólo sobreviven los tuti fruti). yo no acostumbro a comer nada de sufflés, ramitas o papitas de queso, pero esos chis pop eran el paraíso! a lo mejor porque poco y nada tenían de queso, sólo el nombre. al final, te quedaban los dedos todos amarillos listos para ser chupeteados!

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